Recuerdo cuando era muy pequeño y acompañaba a mi padre al desguace en buscar de “tesoros”. Mi padre siempre fue una persona muy práctica y ahorrativa. Alguien diría también que un poco “agarrada”… y tampoco le faltaría razón. Contaba hasta la última peseta, pero supongo que en este carácter influyó el hecho de su infancia más que humilde en un pequeño pueblo rural con un montón de hermanos. Posteriormente tuvo que emigrar para poder trabajar y fue progresando poco a poco: un self-made man que dirían en Estados Unidos.
Y una de las cosas que menos le gustaba era gastar más dinero de la cuenta en el coche. Por eso, frecuentaba los desguaces a la caza y captura de piezas que pudieran ayudar a arreglar problemillas en el coche de forma más económica. Y por eso yo ahora, tantos años más tarde, también me acerco a los desguaces, como hace poco cuando tuve un problema con la ventana caravana segunda mano.
Y es que con las caravanas todavía puede haber más dificultad para encontrar piezas de recambio para según qué modelos. Yo tengo actualmente una caravana un poco antigua que compré de segunda mano. Está en muy buen estado para su edad, pero es que además me ofrece prestaciones que no tenían otras que había visto por un precio similar. Para el tema de las caravanas yo soy un poco tiquismiquis y me fijo mucho en los detalles, pero, por lo visto, se me pasó por alto un problema en una ventana.
Aunque la intenté arreglar, quedó finalmente inservible y me vi obligado a buscar una pieza de repuesto. Empecé buscando en la marca, pero me indicaron que ese modelo estaba descatalogado y que sus piezas eran difíciles de encontrar. Más bien me vinieron a decir que me buscara la vida. Pero yo sé buscármela bien gracias a mi padre y me fui al desguace a buscar ventana caravana segunda mano. Y con paciencia todo acaba llegando, incluso una ventana de repuesto para mi querida caravana que ahora ya está otra vez lista para hacer kilómetros.