Ahora que ya ha pasado la navidad es momento para repasar lo que hemos hecho durante estas fiestas que no han sido del todo como siempre. Lo primero que hay que resaltar es que este año en los días de verdadera fiesta, que son los días de nochebuena y de fin de año, hicieron sendas noches de perros por el viento que hacía y la gran cantidad de agua que cayó durante esas noches. Estas noches tan espantosas fueron suficiente motivo como para no salir por ahí a festejar como hacíamos todos los años hasta que llegó la pandemia. A ver si para el año que viene tenemos un poco más de suerte y los días de salir de fiesta en navidad son propicios para poder salir por ahí y encontrarse con gente que vive fuera de la ciudad y que normalmente no podemos ver. Las cenas por lo contrario sí que han vuelto a ser como lo eran antes con casi toda la familia reunida. Solamente faltaron un par de tíos míos que viven en otra ciudad y que por motivos médicos y de trabajo no han podido venir, pero la cena fue como siempre. La comida fue más o menos la misma que solía hacer mi abuela cuando estaba viva y cocinaba para toda la familia. Lo que sí que me gustaron mucho fueron los vinos que había, había un ribera del Duero que estaba bastante bueno y un albariño rías baixas que siempre está excelente.
Este año además, como las fiestas coincidieron en sábado los dos días no hubo fechas suficientes para celebrar las cenas de navidad con los amigos, algo que agradezco ya que no es algo que me entusiasme. Personalmente prefiero quedar con los amigos para salir por la noche sin tener que ir a cenar a un sitio en el que normalmente la cena no es barata y como se organiza rápido y a última hora, vamos al sitio que quede libre. Y para hacerlo así me parece mejor no organizar ninguna cena y quedar en el bar en el que quedamos siempre a tomarnos unas cuantas copas, que seguro que lo pasamos mucho mejor.