Existe mucho debate sobre qué tipo de leche deben de tomar los niños pequeños, pero la mayoría de los expertos en nutrición infantil lo tienen claro: Leche Entera. Vamos a analizar una por una las leches para niños del mercado y ver por qué esta es la mejor opción:
-Leche desnatada o semidesnatada. La grasa en sí no es algo malo para el niño si es una grasa sana. Y la de la leche estaría en esta categoría. La leche entera solo tiene un 3,2% de grasa como media, por lo que no estamos hablando de valores altos. A no ser que el niño tuviera algún problema de salud que le impidiera tomar leche entera o necesitara perder peso bajo control médico, no necesita estos tipos de leche.
-Leche sin lactosa. La leche sin lactosa no es más digestiva, ni más ligera, tampoco más sana. Solo es leche a la que se le añade lactasa para que rompa el azúcar de la lactosa y pueda ser digerido por quienes no producen la lactasa de forma natural, los llamados intolerantes. Si una persona produce lactasa de forma natural no precisa que se le agregue a la leche, por lo que es absurdo tomar leche sin lactosa. Además, si se deja de consumir este azúcar el cuerpo puede llegar a interpretar que ya no precisa de la lactasa y entonces sí, dejar de producirla. Por tanto, si un niño no es intolerante, no debe tomar la leche sin lactosa.
-Leches enriquecidas. Estas leches aportan más vitaminas o minerales que la leche normal porque se les añade de forma artificial. Para entendernos, es como si se hubiera disuelto en la leche una pastilla de vitaminas y minerales. Pero si el niño está sano, tiene una alimentación saludable y no precisa de extras, no necesita de esta leche. Este producto puede ser perfecto para niños que no comen bien y tienen carencias, porque les aporta más nutrientes sin tener que obligarlos a comer más, algo que puede ser muy tedioso para los padres. Pero si el niño ya toma todo lo que necesita a través de una dieta normal, solo se estará gastando más dinero del necesario ya que le pequeño eliminará todo el extra sin que le dé un provecho especial.
Ahora que ya sabes por qué el niño, salvo excepciones, no necesita nada especial en su leche, entenderás por qué la leche entera es la más recomendable para ellos.