En la guardería del niño no paran de hacer fiestas: que si el rojo, que si la Primavera, que si el equinoccio de otoño, que si la feria de abril… Lo niños van a creer que la vida es un cachondeo continuo. Bueno, está bien que disfruten mientras puedan. El problema es para los padres que tenemos que currarnos disfraces cada dos por tres.
Tengo que decir que a mí me gusta disfrazarme, así que no tengo problema en buscar Disfraces para niños. Sé que él también se lo pasa bien: cuando se mira en el espejo y se ve raro siempre acaba echando unas risas. La última fiesta que han tenido ha sido mi preferida: la fiesta de las profesiones.
No sé quien ha tenido la brillante idea en la guardería, pero el tema da pie a situaciones bastante graciosas. ¿Y si alguien disfraza a su hijo de empleado de banco? ¿Ser político es una profesión? ¿Debería, entonces, ir con un traje de preso? En fin, que no creo que ningún padre tenga tantas ganas de broma.
Nosotros empezamos a mirar Disfraces para niños para esta fiesta y encontramos un montón. Es verdad que no localizamos el de empleado de banco, pero nos gustó mucho el de bombero. El problema que veíamos era no coincidir con otro niño. Descartamos, por eso, el de futbolista, el de policía y el de médico. El de bombero también podía ser demasiado típico. Así que intentamos ser lo más originales que pudimos.
Entre lo que encontramos nos gustó mucho uno de golfista, con sus palos y todo, pero de golfista tradicional, con un chaleco de rombos y una gorrita con pompón. Nos pareció cómodo para él, gracioso y diferente: no todo el mundo tiene que ser Cristiano Ronaldo, ¿no?
Cuando le llevamos, casi todo era como esperamos: los médicos y los policías abundaban. Pero ni un solo golfista, así que nos quedamos tranquilos. Eso sí, nos sorprendió un niño que venía armado hasta los dientes, pero es verdad que ser soldado también es una profesión, así que nada. Por cierto, los palos de golf (de mentira, claro) desaparecieron a los pocos minutos, como era de esperar.