Hace mucho que no voy de visita Islas Cíes, un paraíso natural ubicado en la costa de Galicia, en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas. Recordar mi última visita me trae a la mente una mezcla de sensaciones: la frescura del aire atlántico, las aguas cristalinas que rodean las islas, las majestuosas vistas desde sus senderos y, por supuesto, la paz que se respira al estar en este pequeño rincón del mundo. Sin duda, las Cíes son un destino que siempre queda en la memoria de quien las visita, y aunque han pasado varios años desde mi último viaje, el deseo de regresar sigue intacto.
Un paraíso natural único
Las Islas Cíes, compuestas por tres islas principales—Cíes, Monteagudo y do Faro—son conocidas por su belleza inigualable. El acceso a estas islas está regulado debido a su estatus de parque nacional, lo que ha permitido preservar su ecosistema único y sus paisajes impresionantes. En mi última visita, pude caminar por sus senderos, disfrutar de la fauna autóctona, y relajarnos en sus playas de arena blanca como la Playa de Rodas, considerada una de las más bellas del mundo.
Lo que más me impresionó en ese entonces fue la sensación de estar en un lugar lejano y puro, lejos del bullicio y la rutina. Las aguas turquesas, las aves marinas que sobrevolaban el cielo, y los acantilados que se asomaban al mar de un azul profundo, me hicieron sentir como si estuviera en otro tiempo, en un refugio casi intacto.
La flora y fauna de las Cíes
Uno de los aspectos que más me llamó la atención durante mi visita fue la rica biodiversidad de las islas. A través de los senderos, era común ver especies de plantas autóctonas y escuchar el canto de las aves. Las Islas Cíes son un lugar de paso para diversas aves migratorias, por lo que su observación es una de las actividades más apreciadas. Si bien las visitas no están permitidas en todas las áreas del parque, los recorridos por las rutas habilitadas ofrecen una experiencia increíble de contacto con la naturaleza.
Regresar a las Cíes
Aunque hace tiempo que no he vuelto, siempre que recuerdo las Islas Cíes me siento atraído por su naturaleza virgen y por las experiencias tan memorables que ofrece. La posibilidad de hacer senderismo, nadar en sus aguas o simplemente descansar en la arena hace que cualquier visita sea un regreso a un estado de calma y conexión con la naturaleza que no se encuentra en muchos otros lugares.
Con la limitación de visitantes y el respeto por su conservación, las Islas Cíes continúan siendo uno de los tesoros más preciados de Galicia. Sin duda, cuando decida regresar, será como reencontrarse con un viejo amigo, un lugar lleno de magia que siempre será digno de una nueva visita.
Hace mucho que no voy de visita a las Islas Cíes, pero las imágenes de su belleza perduran en mi mente. Con su naturaleza prístina, su fauna única y sus paisajes inigualables, las Cíes siguen siendo uno de los destinos más especiales de Galicia. Sin lugar a dudas, este paraíso gallego seguirá siendo un lugar al que quiero regresar una y otra vez.