Me han enviado a casa a tele trabajar como a millones de personas en España. Llevo trabajando en una oficina desde hace diez años. Los primeros años de mi carrera laboral estuve en algunas tiendas, pero finalmente encontré trabajo en una empresa en la que me enviaron a oficina. Así que no tenía, hasta ahora, ninguna experiencia de trabajar en casa. De hecho, soy una persona que pasa poco tiempo en casa. Y, por supuesto, nunca me hubiera imaginado que iba a tener que pasar tiempo trabajando aquí…
Lo primero ha sido ‘diseñar’ una oficina. Tengo una casa pequeña y no sabía dónde meterla. Opté por probar en el salón. El problema de esta parte de la casa es el exceso de luz. Claro, para pasar el rato en el salón es bueno, pero para trabajar eses chorro de luz en la pantalla del ordenador o en mi cara no es lo adecuado. Busqué persianas venecianas en Vigo para colocar en la ventana más grande que es el lugar donde tenía colocada la mesa.
Tampoco es el mejor momento para andar haciendo obra en casa, ya que algunas empresas ni siquiera trabajan o no les permiten trabajar… Por eso tuve que esperar más tiempo para colocar las venecianas en casa. Pero una vez que lo logramos, mi oficina en casa empezaba a tomar color. La luz ya no era un problema, pero todavía no me sentía como en un lugar de trabajo…
En cuanto al ordenador, en la empresa nos facilitaron un portátil. Se trataba de un portátil de gama ‘subzero’ pero para lo que debía acceder parecía suficiente. No obstante, he estado mirando otro tipo de ordenadores por si me veo pillado en algún momento. Al fin y al cabo, un portátil siempre acaba siendo útil para una cosa u otra.
Después de buscar persianas venecianas en Vigo y con un poco de rutina me he ido acostumbrando a trabajar en casa. La verdad es que uno empieza a pensar en la cantidad de dinero y contaminación que se ahorraría el mundo si se fomentase más el teletrabajo. Quizás sea una de las cosas positivas que saldrá de todo este embrollo.