Tengo unos cuantos amigos que se dedican a invertir en bolsa, por fortuna cuando uno de los dos gana bastante dinero, nos suele invitar al resto a cenar a un restaurante de lujo. Este año todavía no hemos ido a cenar, pero esperamos que la suerte nos cambie y que pronto volvamos al restaurante de lujo. La primera vez que fuimos al restaurante nos llamó mucho la atención que el camarero no nos dejaba ni pensar lo que queríamos tomar, al final tuvimos que decirle que nos dejase unos minutos de meter presión para poder elegir sin sentirnos vigilados. Hasta nos recogían las migas de la mesa con un artilugio que nunca había visto. Como se nos notaba que no estábamos acostumbrados a todos esos lujos, tampoco es que ahora seamos ricos, pero sí que esas situaciones ya las tenemos más dominadas que la primera vez que fuimos.
El otro día le pregunté a uno de esos amigos si por casualidad conocía las condiciones cuenta evo, pero me contestó lo que le dio la gana, porque él trabaja en otro banco diferente y prefería hablarme de las condiciones de las cuentas de su propio banco que de las de otro. Siempre hace lo mismo, cada vez que le preguntas algo sobre bancos, siempre te termina hablando de las cosas de su propio banco y es algo que no me interesa porque no tengo cuenta en su banco y no la voy a tener. Los bancos no es algo que me entusiasme en exceso, voy únicamente cuando es estrictamente necesario. Y no suelo ir porque por norma general, los trabajadores de banca no es que sean de los más amables que me he encontrado.
A ver si un día de estos me toca una buena quiniela y me puedo permitir invertir en la bolsa, a ver si consigo conseguir un poco de dinero y de este modo poder invitar a nuestros amigos al mismo restaurante al que nos invitan los otros. Pero por desgracia últimamente no estoy teniendo suerte con la quiniela, por lo que invertir en la bolsa va a tener que esperar.