Trabajé durante años para periódicos y agencias hasta que decidí establecerme por mi cuenta. No fue fácil porque suponía más riesgo, pero al principio no me quedó alternativa puesto que me quedé sin trabajo. Pero en vez de buscar un trabajo en otra agencia o en otros medios de comunicación, dejé a un lado las entrevistas de trabajo y el currículum. Pensé que no podía estar dependiendo siempre de un solo jefe.
Una vez que me hice autónomo entendí que una de las máximas de trabajar por libre en el sector de la fotografía no es totalmente cierta. No es que no tengas jefes, como se suele decir, sino que tienes varios o muchos ‘jefes’, dependiendo del número de clientes. A nivel laboral, todo el mundo depende de alguien: hasta el presidente de un Gobierno depende del electorado… aunque a veces no lo parezca. Pero siendo autónomo te evitas depender tan solo de un jefe, de forma que, si un cliente falla, te quedan otros, aunque sea un cliente importante.
Pero antes de lanzarme de pleno a trabajar por libre fui completando mi formación con un Master en Fotografía Artística y Documental Madrid. ¿Por qué? No fue para ‘engordar’ el currículum ni nada parecido: para mí las entrevistas de trabajo habían terminado como tal. Fue simple y llanamente para mantenerme actualizado y apuntalar mi formación. Las exigencias iban a ser mayores a partir de ahora ya que debería trabajar (o eso esperaba) para varios clientes lo que requería diferentes tipos de trabajo.
Hasta ese momento siempre había estado en un solo ambiente, de forma que al final el trabajo se volvía un poco más rutinario. Pero con el Master en Fotografía Artística y Documental Madrid lo que pretendía también era aumentar mi versatilidad y enfocar mis servicios en diferentes frentes. Dicen que el que mucho abarca, poco aprieta, pero por la experiencia que iba cogiendo me di cuenta de que en el futuro solo cabía abarcar lo máximo posible. Y una vez establecido por mi cuenta ya sería el momento de ir de forma más específica hacia un camino concreto.