Existen muchos trucos de marketing para incentivar ventas y conseguir colocar los productos en una buena posición. Uno de los trucos más efectivos es el de implicar al cliente con las marcas. Y, aunque hablamos de trucos, no lo hacemos de forma negativa, sino que nos referimos más bien a estrategias de marketing porque hay casos como el del club central asturiana en los cuales no solo gana la marca, el cliente que se apunta y se implica también obtiene muchas ventajas. Por ejemplo, consigue descuentos y también logra regalos gracias a los sistemas de puntos por compras realizadas.
Este tipo de páginas club también ofrecen al cliente una información muy completa sobre los productos de la marca. Así, siempre está al día sobre las novedades o puede consultar datos que pueden resultar interesantes, como los valores nutricionales de un producto. Incluso es posible que los clientes se comuniquen entre ellos a través de foros o publicando recetas con los productos de la marca, lo que hace que todo sea muy dinámico, participativo y acabe haciendo que el comprador se sienta parte de una gran familia e identificado con los valores que la marca promulga.
Esto también se consigue a través de las redes sociales, donde el papel de un buen Community Manager es vital para poder conseguir éxito. El C.M. se encarga de darle publicidad a la página, de publicar en ella cosas de interés, atractivas y llamativas para que acuda gente a leer y le den un me gusta o sigan la marca. Y, también, de establecer comunicaciones con las personas que entran. Por eso, debe de ser un gran profesional ya que va a ser la representación de la marca. Para quién lee, es la marca quién publica o responde y por eso el cuidado debe de ser extremo.
Todos conocemos casos de C.M. que han saltado a la fama por haber respondido con malas palabras, por ser bordes con los clientes o incluso por haber difundido información falsa. Fue famosa la metedura de pata del C.M. de una de las tiendas de música y libros más importante de España que, confundiendo la cuenta de la empresa con la suya personal, publicó un mensaje de contenido político. De poco valió que lo borrara en menos de un minuto, el daño estaba hecho y los comentarios surgieron de todo tipo, pero ninguno bueno.